Producto de la peor ola de calor en décadas, algunas zonas del país europeo llevan casi dos semanas sumidas en la lucha contra las llamas. Entre evacuados, heridos y un muerto, las fuerzas de seguridad combaten el fuego con pocas esperanzas.
Miles de habitantes desesperados en la isla de Eubea, localizada en Grecia, observaron en la madrugada del lunes 9 de agosto cómo el fuego trepaba sus aldeas, tierras y tomaba algunas vidas, en el duodécimo día de incendios que han asolado bosques.
«La batalla continúa», dijo el viceministro griego de Protección Civil, Nikos Hardalias, quien había augurado también un «jornada difícil» para los bomberos. Mientras que en Turquía el fuego fue controlado, las mismas llamas preocupan en la isla griega.
«Las Fuerzas Armadas, la Guardia Costera y la Policía griega están haciendo esfuerzos sobrehumanos, en múltiples frentes, para preservar vidas y propiedades ante el inminente avance«, agregó Hardalias en un rueda de prensa.
«Hemos vivido incendios, pero esta situación es algo nunca visto», precisó Nikos Papaioannou, un vecino de Gouves. Presa del fuego hace no más de seis días, esta lengua de tierra situada entre Ática y el mar Egeo presentaba un panorama apocalíptico.
Por las carreteras, los vecinos rociaban sus terrenos con agua, mientras las llamas seguían consumiendo las zonas boscosas. Tanto Grecia y Turquía, azotados por la peor ola de calor en décadas, llevan casi dos semanas en total luchando contra los incendios.
En Eubea, miles de personas han sido evacuadas, sobre todo en la zona del norte, donde las llamas ha rodeado las poblaciones de la zona y llevaron a los ciudadanos a tener que dejar sus hogares y trasladares por barco a la parte continental de Grecia.
En Galatsona y Geraki, entre las poblaciones más afectadas, en torno a las 22.00 horas (hora local), el incendio se ha recrudecido por lo que los propios vecinos han tenido que actuar para evitar que las llamas alcanzasen las zonas residenciales.
Durante la jornada, se han rescatado a un total de 23 personas de varias playas de la isla y un avión de extinción de incendios ha sufrido un choque, accidente que no dejó victimas. En otras zonas, los incendios fueron controlados sin mayores problemas.
Hasta este lunes 9 de agosto, murió un bombero voluntario mientras que los equipos de emergencia del país y la asistencia de una larga lista de países europeos como España, Francia o Reino Unido continúan intentando sofocar el incendio.
Las llamas arrasaron más de 56.000 hectáreas de terreno, según el Sistema de Información Europeo de Incendios Forestales, en particular en los grandes incendios declarados en Eubea y otros tres en la región meridional del Peloponeso.
Sin embargo, la principal pesadilla de los bomberos continua siendo la inmensa isla montañosa de Eubea, tapizada de pinos y muy popular entre los turistas nacionales y extranjeros. «Las fuerzas no son suficientes», recalcó el vicegobernador Giorgos Kelaitzidis.
«La situación en estos momentos es crítica», señaló. Según Kelaitzidis, las llamas habrían devorado al menos 35.000 hectáreas solo en la isla y centenares de casas, provocando daños irreversibles en los domicilios de sus habitantes.