Una mujer de 69 años se encontraba en su casa de Alem al 200, cuando un sujeto le pide que le venda vino. La mujer salió para dirigirse al kiosco que es de su propiedad, y que se ubica lindante a su vivienda, para abrirlo. Pero en un momento, cuando la comerciante se encontraba de espaldas, el sujeto la tomó fuerte de la mano diciéndole que no grite, pero la víctima de todas maneras pidió ayuda y empezó a forcejear. Esto motivó que el individuo huyera sin llegar a robar nada.
