Después de los triunfos en la previa de los mundiales 1966 y en 1974, hay algo que une las victorias de 2005 y 2020. ¿Quién es el padre de la criatura?
Se podría hablar de victorias en blanco y negro, en otra era. Obvio que tienen la misma validez que lo que se consiguió ayer en La Paz, porque fueron triunfos en los 3.640 metros de altura sobre el nivel del mar. Es pertinente recordar el 2-1 del equipo de Minella en la previa del Mundial 1966 o mencionar a la Selección Fantasma, aquel conjunto de Omar Sivori que llevó a cabo un plan especial para lograr tres puntos clave en la previa del Mundial 1974. Después de eso fueron casi todas negativas, ya que se puede rescatar algún empate (con Bielsa y Sabella) pero también se pueden rememorar en el archivo papelones de la mano de Passarella (con corte de Cruz incluido) y de Maradona, con un 1-6 catastrófico. Pero en los últimos 46 años (sí, casi medio siglo) los que tuvieron la receta para conseguir oxígeno en un lugar donde escasea fueron parte de una generación que tiene a un progenitor y que ahora está gestando a sus hijos.
José Pekerman fue el padre de muchas criaturas (una cuantas camadas de elite de nuestro fútbol nacieron de su mano). Y tanto en el 2005 como en este 2020 está su mano, sus formas, su estrategia y hasta la casualidad de que se empezó perdiendo y que se terminó ganando con gol de un jugador surgido de Estudiantes.
Lionel Scaloni es la cabeza de un grupo que tiene muchas personas que se criaron bajo el mismo lema Pekerman. En el banco de la Selección están Pablo Aimar, Walter Samuel y Roberto Ayala (no es made in José pero fue el capitán sin cinta en Alemania 2006), y hay que sumarle a Martín Tocalli, el hijo de Hugo y su trabajo silencioso como entrenador de arqueros. El Lionel DT está lejos de ser un maestro como José, pero es un entrenador que con lógica intenta forjar un nuevo destino para la Selección luego del desastre de Rusia 2018.
