En la última Sesión Ordinaria, la concejala Andrea Ochat presentó un proyecto de Ordenanza que propone la creación de un Plan Municipal de Gestión Menstrual, “para proveer elementos de gestión menstrual a personas menstruantes, con el fin de disminuir las situaciones de desigualdad que se producen con el entorno”.
La iniciativa, la cual fue girada a Comisión para su análisis, tiene como objeto la provisión -a través de la Coordinación de Promoción de Derechos de la Secretaría de Desarrollo Humano- de toallas higiénicas femeninas y otros elementos de gestión menstrual a las personas menstruantes en situación de vulnerabilidad, como así también brindar información acerca de diferentes opciones higiénicas y sanitarias a su alcance.
“El estigma alrededor de la menstruación también tiene consecuencias en la producción de conocimiento y la circulación de información. Las campañas de salud a nivel oficial no proveen ni recaban datos sobre las consecuencias de la exposición química a largo plazo por vía vaginal derivada del uso de toallitas y tampones, tampoco se mide el impacto ambiental por el uso de los recursos naturales de los que se extrae la materia prima de estos productos, ni se elaboran estadísticas sobre ausentismo escolar por falta de acceso a métodos de gestión menstrual”, expresó la concejala Ochat en el inicio de sus fundamentos.
En relación al alcance del Plan propuesto, el proyecto enumera las acciones que deberían desarrollarse:
-La provisión de forma gratuita de toallas higiénicas y otro elemento de gestión menstrual a personas menstruantes en situación de vulnerabilidad, en áreas y lugares municipales vinculados al cuidado.
-La generación de acciones tendientes a que las personas menstruantes y la población en general puedan conocer las diferentes opciones existentes, brindando información sobre las variables ecológicas, económicas y saludables de estos elementos.
- Asegurar el acceso a información y a elementos de implicancia menstrual en baños públicos.
-Incentivar la producción de toallas ecológicas por parte de cooperativas y emprendedoras.
-Invitar a locales gastronómicos a incorporar, como elementos de higiene habitual en baños públicos, toallas higiénicas y otros elementos de gestión menstrual.
Antecedentes legislativos
Según lo expresado por la autora del proyecto local, el 6 de marzo de 2020 el Municipio de Morón aprobó una Ordenanza municipal inspirado en la campaña que asegura la provisión gratuita de productos de gestión menstrual, lo que sienta un antecedente único en la región.
El 28 de mayo, Día Mundial de la Higiene Menstrual, la ciudad de Santa Fe también aprobó una Ordenanza para la provisión gratuita, siendo la primera capital provincial de nuestro país en contemplar este derecho. En el mes de julio, la Municipalidad de San Rafael, en la provincia de Mendoza, se convirtió en el tercer distrito en aprobar un plan de gestión menstrual.
También el 28 de mayo de 2020 se presentó en la Cámara de Diputados de la Nación un proyecto de ley que prevé la inclusión de productos de gestión menstrual en las políticas sociales destinadas a la mitigación de los efectos de la pandemia de coronavirus.
El 2 de julio el bloque socialista presentó un proyecto de gestión menstrual en la Cámara de Diputados de la provincia de Santa Fe, con la firma de diputadas y diputados de diferentes espacios políticos y el día 13 de agosto obtuvo la media sanción.
Además, hasta el momento se han presentado 16 proyectos de ley de alcance nacional, provincial y local que buscan que estos reclamos se conviertan efectivamente en políticas públicas. Asimismo la campaña ha sido declarada de Interés por el Senado de la Nación.
Fundamentos y estadísticas
Según la ONG Economía Feminista, la menstruación es un hecho que acontece en la vida de la mitad de la población y, sin embargo, es tabú. Además, la gestión menstrual presenta necesidades particulares: acceso a agua limpia, instalaciones sanitarias adecuadas, elementos de gestión menstrual, lugar para eliminación de los desechos y especialmente conocimiento y visibilización de la temática. Muchas personas carecen de los saberes, apoyo y recursos para manejar la menstruación.
En Argentina, la brecha salarial promedio es del 27,7%, pero más del 38% de las asalariadas están en situación de informalidad, donde la brecha asciende al 37%. A su vez, la mitad de las mujeres en nuestro país gana menos de $17.900 mensualmente y el costo estimado de gestionar la menstruación en 2020 mediante la compra de toallitas y tampones es de entre 2.900 y 3.800 pesos. Este gasto no es optativo ya que es nuestro deber social gestionar la menstruación y el mismo impacta sobre ingresos que son de por si menores.
Quita del IVA
Por otro lado, en un contexto en el que la mayoría de las personas pobres son mujeres (7 de cada 10 en la Argentina), no poder adquirir los medios para gestionar la menstruación es un factor de ausentismo escolar y laboral. Las personas en edad escolar que no pueden acceder a productos que les garanticen no mancharse en clase dejan de ir durante los días de sangrado.
Por eso, el reclamo de la campaña en el ámbito nacional es la quita del IVA a los productos de gestión menstrual. Las toallitas y tampones son considerados productos cosméticos, con lo cual se les aplica la tarifa plena del IVA cuando en realidad son de primera necesidad y el impuesto sobre ellos crea una desventaja real para las personas que menstrúan.
Salud y cuidado del medioambiente
Hay sectores donde las condiciones ambientales obligan a incurrir en prácticas poco sanitarias para gestionar su menstruación, las cuales generan mayores riesgos de infecciones e infertilidad.
Considerando además la perspectiva ambiental, existen elementos -como la copa menstrual y los dispositivos no descartables- más económicos en el mediano y largo plazo y más amigables con el medio ambiente, pero es importante que se informe a la población sobre los mismos y, eventualmente, se incorpore su distribución gratuita. El Estado municipal, por su cercanía puede facilitar el acceso a esos productos a todas las personas que los necesiten y llegar con la información necesaria. No se trata de un privilegio sino de la atención de una necesidad básica.